Gracias a esta disciplina aprendí a priorizarme y valorarme, dejando atrás a la víctima. Hoy puedo detectar cuando salgo de mi eje y así reencausar mi manera de ser y hacer. Aprender a gestionar mis emociones me ha permitido conocerme en profundidad, como también expresar sentimientos reprimidos durante tantos años.
El programa R.A.C me ha permitiendo caminar en mi interior a través de mis emociones. Ahora sé que son la voz de mi alma ❤️ y su altavoz es mi cuerpo ☺️ GRACIAS GRACIAS GRACIAS
La formación ha sido similar a un embudo. Una estructura que se va incorporando paso a paso, pasando de lo general a lo particular, para llegar al punto neurálgico, y de ahí partir a un viaje de descubrimiento con uno mismo.
La formación se imparte desde el corazón hacia el corazón del alumno. No solo se transmiten los conocimientos teóricos, sino que, se transmite el valor y el poder del desarrollo personal. De manera que llegamos a descubrir el potencial que está dentro nuestro y que podíamos desarrollar si así lo deseamos.Quiero agradecerle por no limitarse a enseñar, sino por ponerse en juego. Ponerse en juego con el cuerpo, la mente, el corazón y sobre todo el alma.
Con el programa R.A.C. he detectado mis creencias limitantes, donde se encontraba su origen. Puede trabajarlas y trascenderlas al ver que las he creado yo. Me he dado cuenta de que la culpa de lo que me pasa no la tiene los demás. Es la manera en que me observo, la forma en que me hablo y creo mis pensamientos, los que crean mi realidad. Gracias, gracias, gracias Milo.
El programa R.A.C. me ha permitido conocerme tan profundamente, que actualmente identifico mis propias conversaciones y creencias limitantes, en el preciso momento en que digo y pienso algo. Son las barreras creadas por mí a través del tiempo. Hoy me permito mirar las situaciones desde otro lugar. Me permito sonreír, disfrutar de mí cada día.